Los propietarios de vehículos tienden a elegir aparcamiento según factores como la conveniencia geográfica, la costumbre, el precio o la facilidad a la hora de aparcar. Aunque estos elementos son importantes, las medidas de seguridad y protección de vehículo suelen quedar en un segundo plano o ni siquiera contemplarse, ya que se cree que todos los parkings ofrecen las mismas garantías en este sentido.
La mayoría de los parkings tradicionales, a diferencia de los parkings del futuro, basan su seguridad principalmente en el uso de cámaras de seguridad. Y, si bien estas suponen uno de los elementos de seguridad más básicos, su uso está bastante limitado a la hora de gestionar toda la seguridad de un aparcamiento, más aún si este tipo de dispositivos no se han actualizado con avances como la implementación de IA, el reconocimiento facial o un lector de matrículas (elementos que suelen ser poco habituales).
Los parkings del futuro están trayendo consigo muchas mejoras que no solo afectan a la seguridad de un aparcamiento, sino a también su eficiencia. Un gran ejemplo de ello lo encontramos en funciones como la automatización en los métodos de cobro y pago, en la supervisión de los accesos o en la supervisión remota. Dichas mejoras consiguen perfeccionar la gestión del parking y el nivel de comodidad de los usuarios del aparcamiento.
Muchos de los sistemas de seguridad también tienen como objetivo facilitar el uso de un aparcamiento. El ejemplo más claro es el uso de sensores, que muestran a los usuarios dónde pueden encontrar un sitio libre, ahorrándoles tiempo en la búsqueda de aparcamiento y haciendo la gestión del aparcamiento una tarea mucho más sencilla.